No nos queda nada para que llegue agosto, y en mi caso, las vacaciones. Como todos los años estamos deseando todos en casa irnos unos días a la playa. Juan Luis y yo tenemos ganas de desconectar, el año se hace largo y se necesita un parón para recargar las pilas. Pero nuestras ganas se quedan en nada si las comparamos con las de Jimena. Su año también ha sido largo, y aunque debería llevar casi un mes de vacaciones pq terminó el colegio, la pobre mía esta yendo a un campamento urbano. Se lo pasa muy bien pero no deja de tener que levantar muy temprano, esta cansada.
Nosotros disfrutamos mucho en Torre del Mar, pero Jimena disfruta una barbaridad más que nosotros. Es poner un pie allí y se le transforma la cara, los ojos le brillan de manera diferente. Muchas veces nos dice que le encantaría vivir en Torre del Mar. ¡Es más rica!
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