miércoles, 11 de junio de 2025

Siempre he tenido claro dónde quiero descansar el día de mañana

Desde hace muchos años, he compartido con mis seres queridos un pensamiento que, aunque difícil de explicar, siempre ha estado muy presente en mí: el día que me muera, quiero descansar junto a mis abuelos.

Es un deseo que va más allá de lo físico. No se trata solo del lugar, sino del lazo espiritual que me une a ellos. Mis abuelos han sido figuras fundamentales en mi vida. Su amor, su ejemplo, su forma de estar… dejaron una huella imborrable. Incluso ahora, siento que siguen conmigo. Siempre. En lo bueno y en lo malo, su presencia me acompaña.

Mis padres, mi marido… son pilares esenciales en mi vida, y mi amor por ellos es inmenso. Pero lo que siento por mis abuelos es diferente. Es otro tipo de vínculo, profundo, sereno, eterno. No se trata de querer más o menos. Es que hay lazos que se viven de otra forma.

Y aunque no la mencione al principio, la persona más importante de mi vida es mi hija. Ella es mi razón, mi motor, mi todo. Pero no la nombro entre quienes imagino cuando pienso en mi despedida, porque en el orden natural de las cosas, los padres se van antes que los hijos. Y mi deseo más fuerte es que ella viva una vida plena, larga, feliz, sin tener que cargar con despedidas prematuras.

Así que cuando pienso en ese “día de mañana”, lo hago con tranquilidad. Ya no me obsesiona como antes, pero sigue siendo parte de mí. Quiero que quienes me rodean lo sepan: mi voluntad es estar con mis abuelos. No porque no haya otras personas importantes, sino porque ese lazo con ellos es único. Porque de alguna manera, siento que ya estamos juntos. Y cuando llegue el momento, quiero volver a ese lugar donde una parte de mí nunca se fue.

Quiero estar con ellos. En paz. En amor. A su lado para siempre.


martes, 13 de mayo de 2025

Correr por Ellas… y por Mí

El pasado domingo participé —bueno, más bien caminé— en la Carrera de la Mujer. Me siento muy orgullosa por dos razones que quiero compartir.

La primera es que fui sola. Y aunque eso puede parecer algo menor, para mí fue un paso importante. No esperé a que alguien más se apuntara conmigo, ni usé la falta de compañía como excusa para quedarme en casa. Creo firmemente que causas como esta merecen todo nuestro apoyo, y no quería que la oportunidad pasara de largo solo por no tener con quién ir. A veces, acompañarse a una misma también es una forma de valentía.

La segunda razón es que, en algunos tramos… ¡me lancé a correr! Sí, yo, que normalmente no corro ni para alcanzar el autobús. Me reí de mí misma, me esforcé y, sobre todo, me sentí viva. No importa el ritmo, lo que importa es el impulso.

Y como regalo inesperado, al final de la carrera me sorprendió Juan Luis. Fue a verme sin decirme nada, y su presencia me hizo muchísima ilusión. Terminar la carrera y encontrarme con su sonrisa fue el broche perfecto para un día lleno de emoción y significado.

No sé si el próximo año correré más o menos, pero lo que tengo claro es que volveré. Porque apoyar, celebrar y caminar juntas —aunque sea desde lo individual— siempre vale la pena.

lunes, 16 de diciembre de 2024

La huella que dejamos

La vida es una montaña rusa de emociones: momentos de felicidad, de lucha, de aprendizajes, y, por desgracia, de despedidas. Hace poco, una persona muy querida se marchó, dejando un vacío enorme. Pero también dejó algo que es mucho más poderoso que la ausencia: su huella.

Esa persona tocó la vida de muchos, incluida la mía. Y, al hacerlo, me hizo reflexionar sobre algo esencial: ¿qué huella estamos dejando nosotros en este mundo?

No sé si yo lograré dejar una huella como la suya. Lo más probable es que no. Pero me he prometido intentarlo. No desde la grandeza, ni buscando reconocimiento, sino desde lo cotidiano: siendo la mejor versión de mí misma cada día.

Porque al final, creo que dejar huella no se trata de grandes gestos heroicos. Se trata de las pequeñas cosas: una sonrisa en el momento justo, un gesto amable, escuchar con atención cuando alguien necesita ser escuchado. Se trata de estar ahí, de hacer sentir a los demás que importan.

La vida, aunque corta y muchas veces impredecible, nos da cada día la oportunidad de construir ese legado invisible, pero significativo. A veces ni siquiera somos conscientes de cómo influimos en los demás, pero nuestras palabras y acciones pueden ser faros de luz en medio de las tormentas de alguien más.

Hoy quiero comprometerme a trabajar en eso: en ser mejor, en aportar algo positivo a las vidas que me rodean, en vivir de tal manera que, cuando llegue el momento de mi propia despedida, alguien pueda recordar algo bueno de mí.

A la persona que se ha ido: gracias por tu ejemplo, por tu bondad, por recordarnos lo que de verdad importa. Tu huella está aquí, y seguirá viva en quienes tuvimos la suerte de conocerte.

Y a quienes leen esto: pensemos en nuestra propia huella. Cada día es una oportunidad para dejar algo valioso en este mundo. Aprovechémosla.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Mi entrada anterior llevaba por título "El tiempo vuela". Y, efectivamente, el tiempo vuela, pero, ¿estamos haciendo algo para que ese tiempo no pase en vano? ¿O al menos para que nos quede algo en la memoria, algo que podamos guardar en la retina? No dejemos que el tiempo se vaya sin más, sin haber vivido algo significativo.

Es cierto que no todos los días pueden ser especiales; la rutina diaria a veces no lo permite. Sin embargo, en esos pequeños gestos y momentos cotidianos, podemos encontrar la chispa que hace que un día sea memorable. Una mirada cómplice de tu pareja, un beso de tu hija… Son esos detalles los que realmente importan, y muchas veces los pasamos por alto.

Es momento de aprender a valorar esos momentos, a hacer que cada día, aunque sea de forma discreta, tenga su pequeña dosis de magia. Yo he decidido empezar a hacerlo, porque al final, son esos recuerdos los que nos acompañan. ¡Nunca es tarde para comenzar a apreciar lo que realmente importa!

domingo, 11 de febrero de 2024

El tiempo vuela

Dentro de unos días, el calendario marcará la llegada de un día muy especial: el decimosexto cumpleaños de Jimena, el día en que vino a este mundo. Parece casi increíble cómo el tiempo ha volado desde aquel momento. La vida, con su ritmo implacable, nos arrastra hacia adelante a una velocidad que a veces resulta aterradora. Es en estos momentos de reflexión que nos damos cuenta de la importancia de disfrutar cada instante al máximo: cada risa, cada lágrima, cada pequeño logro merece ser celebrado y apreciado.  

lunes, 8 de enero de 2024

2024

Comenzamos el año con fiebre, dolor de garganta, tos, mocos,... vamos con GRIPE. Pero no una gripe cualquiera, una gripe con mayúsculas. Creo que no he estado tan mal nunca, me he encontrado realmente horrible. Pero no he sido la única, Juan Luis y Jimena también cayeron enfermos y junto a ellos la mitad de España.

martes, 5 de diciembre de 2023

Puente de diciembre

Hoy haré una pequeña maleta, no necesito llevarme muchas cosas aunque siempre termino echando en ella más de lo que necesito. 

Desde que tenemos el apartamento, el coche va menos lleno a la ida y a la vuelta. Aun así, el maletero va siempre hasta los topes. ¿Cómo puede ser eso? ¿Tantas cosas necesitamos para pasar 5 días fuera de casa? La respuesta la conozco, no ;)